La espera de Justicia se vuelve interminable.
Pero saber que a nuestro lado hay incontables personas que nos acompañan lo hace un poco más llevadero.
El martes 6 de mayo será la sentencia que no sólo la memoria y el alma de Nahuel necesitan, sino que también su familia y una sociedad que apoya, espera.
Todos los que hemos participado del Juicio Oral y Público llevado a cabo este mes, pudimos palpar el vínculo político, las connotaciones mafiosas, las mentiras descaradas de los "delincuentes" y del asesino y la negligencia policial, lindando a veces con la complicidad y la materialidad.
Quisiera que el agradecimiento desde mi confundida y dolorida alma llegue a quienes desinteresadamente y con valor, afrontaron el difícil lugar de: ser testigo en una causa que les es ajena.
Ser testigo en nuestro país y presentarse a declarar con valentía aún sabiendo que sólo hay que decir lo que uno vió o escuchó, no es fácil.
A los que juraron y dijeron la verdad: todo mi agradecimiento, a los que no, les recuerdo que nadie está libre de su propia conciencia.
Amancay Iraizoz(Hna. de Nahuel Iraizoz)