

Los tres vinieron de distintas partes del país a confirmar su compromiso con una causa justa.
Durante pocos días de intenso labor demostraron tener la sencillez típica de los grandes, pudiendo, con pocos elementos realizar una obra magnífica: EL MURAL DE LA JUSTICIA
Entre bocetos a lápiz sobre cartulina, siempre respetando el dolor ante semejante pérdida, nos enseñaron a construir, en lugar de destruir y a comprobar que aún en medio del sufrimiento se puede llevar adelante una obra que sirva para mantener viva la memoria, para reclamar justicia de generación en generación y para homenajear cada vez que pasamos por ahí a Nahuel y a más de setenta víctimas que allí figuran


Para ellos, en nombre de Nahuel y de su familia: Un eterno agradecimiento.